Sobre soñar con los ojos abiertos

Vivimos y tenemos nuestro estudio donde gestionamos small affaire a las afueras de Madrid, a 32 km, ¡y estamos tan agusto! Sabemos que el centro es el centro, pero en cosa de un año nuestra vida ha cambiado. Tengo que decir que llevando esta vida de campo, he explorado y descubierto interés por cosas que nunca me habían llamado la atención lo suficiente. Aquí todo es más sencillo, más imperfecto (y perfecto a la vez) e inspirador. Giras la esquina y te encuentras con campo, vacas, cabras, y caballos, muchos caballos, con gente que te sonríe y te pregunta si ya has ido a por el pan del día. Yo siempre había querido vida de revista, vivía en una de las mejores zonas de Madrid y creerme, es un cambio radical aunque no lo parezca.

He aprendido entre otras cosas a estresarme sólo cuando debo hacerlo, a dejarme el móvil en casa sin remordimiento ni preocupación para poder mirar al frente y respirar aire puro cuando salgo a dar un paseo, y tengo que confesaros que me siento mejor conmigo misma. En definitiva, estoy más presente en todo lo que hago, me cunde más tanto mi vida profesional como personal.

El tema es, que nuestro estudio es muy pequeño, gestionamos los pedidos entre Manu y yo, y la cosa ya empieza a pedirnos refuerzos. Y a una le dicen que sueñe. Que sueñe que sueñe y que sueñe. Que con lo perseverante que soy, algún día conseguiré las cosas sin darme cuenta. Y últimamente tengo sueños sin parar con el sitio perfecto de small affaire. Una mezcla entre taller y tienda. Donde se vean nuestras joyas y muchas muchas flores, la forma en la que trabajamos y quienes estamos detrás.

Vivimos y tenemos nuestro estudio donde gestionamos small affaire a las afueras de Madrid, a 32 km, ¡y estamos tan agusto! Sabemos que el centro es el centro, pero en cosa de un año nuestra vida ha cambiado. Tengo que decir que llevando esta vida de campo, he explorado y descubierto interés por cosas que nunca me habían llamado la atención lo suficiente. Aquí todo es más sencillo, más imperfecto (y perfecto a la vez) e inspirador. Giras la esquina y te encuentras con campo, vacas, cabras, y caballos, muchos caballos, con gente que te sonríe y te pregunta si ya has ido a por el pan del día. Yo siempre había querido vida de revista, vivía en una de las mejores zonas de Madrid y creerme, es un cambio radical aunque no lo parezca.

He aprendido entre otras cosas a estresarme sólo cuando debo hacerlo, a dejarme el móvil en casa sin remordimiento ni preocupación para poder mirar al frente y respirar aire puro cuando salgo a dar un paseo, y tengo que confesaros que me siento mejor conmigo misma. En definitiva, estoy más presente en todo lo que hago, me cunde más tanto mi vida profesional como personal.

El tema es, que nuestro estudio es muy pequeño, gestionamos los pedidos entre Manu y yo, y la cosa ya empieza a pedirnos refuerzos. Y a una le dicen que sueñe. Que sueñe que sueñe y que sueñe. Que con lo perseverante que soy, algún día conseguiré las cosas sin darme cuenta. Y últimamente tengo sueños sin parar con el sitio perfecto de small affaire. Una mezcla entre taller y tienda. Donde se vean nuestras joyas y muchas muchas flores, la forma en la que trabajamos y quienes estamos detrás.

Vivimos y tenemos nuestro estudio donde gestionamos small affaire a las afueras de Madrid, a 32 km, ¡y estamos tan agusto! Sabemos que el centro es el centro, pero en cosa de un año nuestra vida ha cambiado. Tengo que decir que llevando esta vida de campo, he explorado y descubierto interés por cosas que nunca me habían llamado la atención lo suficiente. Aquí todo es más sencillo, más imperfecto (y perfecto a la vez) e inspirador. Giras la esquina y te encuentras con campo, vacas, cabras, y caballos, muchos caballos, con gente que te sonríe y te pregunta si ya has ido a por el pan del día. Yo siempre había querido vida de revista, vivía en una de las mejores zonas de Madrid y creerme, es un cambio radical aunque no lo parezca.

He aprendido entre otras cosas a estresarme sólo cuando debo hacerlo, a dejarme el móvil en casa sin remordimiento ni preocupación para poder mirar al frente y respirar aire puro cuando salgo a dar un paseo, y tengo que confesaros que me siento mejor conmigo misma. En definitiva, estoy más presente en todo lo que hago, me cunde más tanto mi vida profesional como personal.

El tema es, que nuestro estudio es muy pequeño, gestionamos los pedidos entre Manu y yo, y la cosa ya empieza a pedirnos refuerzos. Y a una le dicen que sueñe. Que sueñe que sueñe y que sueñe. Que con lo perseverante que soy, algún día conseguiré las cosas sin darme cuenta. Y últimamente tengo sueños sin parar con el sitio perfecto de small affaire. Una mezcla entre taller y tienda. Donde se vean nuestras joyas y muchas muchas flores, la forma en la que trabajamos y quienes estamos detrás.

No se si en el centro o por aquí, ¿Sería una locura tener un espacio aquí? Al fin y al cabo nuestra esencia es esta. Me encantaría poder conoceros e invitaros a nuestro espacio, ahora solo queda soñar y trabajar mucho.

Tengo obsesión por este color, por las plantas...el sitio perfecto.


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