La razón por la que los diamantes se pesan en quilates
En la antigüedad no existía un sistema unificado de pesos y medidas como hoy en día, pero vendedores y comerciantes necesitaban una manera de pesar sus joyas, ya que, al tratarse de una mercancía muy valiosa, cualquier diferencia de eso podría suponer una gran variación de valor.
Por eso, los comerciantes en la Antigua Grecia recurrieron a un elemento que todos conocían, el algarrobo, un árbol muy común en todos los países del mediterráneo que tiene una rara peculiaridad: sus semillas son uniformes y todas pesan 200 miligramos casi exactos.
Por este motivo se decidió usarlas como contrapeso en las balanzas y esa medida (200 miligramos) quedó establecida como estándar en la medición de piedras preciosas y gemas como rubíes, diamantes, topacios, esmeraldas… indicando su peso.
Pero entonces, ¿por qué se usa el quilate y no la palabra “algarroba”? Por un motivo muy sencillo, la palabra “quilate” llegó al castellano del griego κεράτιον" (kerátion) que significa "algarroba".
Su oficialización como la quinta parte de un gramo se acepta a nivel mundial tras su aprobación en la 4ª Conferencia General de la Convención Métrica que se celebró en París en 1907.
No debemos confundirla con los quilates que indican la pureza del oro. Cuando nos referimos a las piedras preciosas, el símbolo de quilate se escribe "ct" y es una unidad de masa, no de pureza. En cambio, el símbolo "k" está reservado para determinar los quilates de pureza del oro y que proviene del término ‘katharótita’ que significa, precisamente, pureza.